EQUILIBRIO

«Unos decían ( de Jesús): «Es víctima de un espíritu
malo, está loco. ¿Para qué escucharlo?»
Juan 10, 20

El equilibrio es la bella armonía de la fuerza y el
movimiento, y no la aburrida quietud que resulta de
matar la vida, frenando la fuerza y anulando el
movimiento.

La sociedad aplaude fácilmente  el «equilibrio» de los
tontos y pasivos, con facilidad condena el
«desequilibrio» de los genios y creadores.

Si matas tus sentimientos por temor de que  desbor-
den sus fronteras, te acercas más a la muerte que al
equilibrio.

El equilibrio de las piedras es bueno para las piedras.
El equilibrio del viento es bueno para la tempestad.
El equilibrio del pájaro es bueno para el vuelo.
El equilibrio del hombre es bueno para el amor.
Y el amor tiene más de tempestad y de vuelo
que de piedra

Tu equilibrio viviente es bueno y sano, solamente si
cada día rompes el alcanzado para buscar otro nuevo.
Los únicos hombres equilibrados son los apasionados;
los otros no tiene nada que equilibrar.

Cuando muchos alaben tu equilibrio, porque nunca
desentonas con tus juicios, tus sentimientos y tú
mismo.

Los acróbatas del circo, alguna vez se caen. Es más
fácil estar sentado en la butaca para aplaudir o criticar.

El equilibrio dinámico de los creadores rompe
nuestro esquemas de seguridad, y nos defendemos
marginándolos con el calificativo de desequilibrados
(o locos)

El miedo enfermizo a la muerte nos impide vivir. El
miedo enfermizo al desequilibrio y la locura nos
masifica y adocena, matando nuestra originalidad.

 

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