ORACIÓN

«El Padre del Cielo enviará el Espíritu Santo
a aquellos que se lo pidan.»     Lucas 11 ,13

Siempre que oras  de verdad tu oración es eficaz, no
porque tú lo cambies a Dios, sino porque cambias tú.

Lo más difícil de la oración no es tanto saber si Dios
te escucha, sino lograr que tú lo escuches.

No reces para convencer  a Dios de que haga lo que tú
quieres, sino para ver si logras  acercarte tú a lo que
El espera de ti.

Mientras no hayas orado una hora en silencio,
dejando que Dios te diga que te ama, no descubriste
a Dios ni  a la oración.

Cuando descubras que Dios está contigo, tu oración
será vivir en su compañía.

No le pidas a Dios que gobierne tu vida y el mundo a
golpe de milagros; pídele más bien el milagro de amar
y verás que tu amor transforma el mundo.

Si tu oración  te aleja de los hombres, no te encontraste
con el Dios de los hombres sino con tu fantasía.

Los ojos que se cierran para orar, suelen ver con más
claridad toda las cosas.

Reza ante Dios como un niño, pero luego vuelve a tu
vida con tu responsabilidad de adulto.

El final de toda oración adulta es uno solo: «Amén».
Sí. Acepto la realidad y mi responsabilidad  ante ella.

La ciencia jamás explicará cómo puede el hombre
comunicarse con Dios; pero tampoco probará que es
imposible.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *