Tomar una actitud APRECIATIVA

La conciencia se expande y vibra en todos los
seres  cuando miramos el mundo con ojos que
saben apreciar. El valor de la apreciación consiste
en saber que estamos sutilmente conectados, y la
más ligera ola de apreciación es suficiente para
elevar los espíritu y cambiar una situación desa-
fiante. La actitud apreciativa es la expresión
auténtica de nuestra capacidad de generar energías
positivas a cada instante, reconociendo en las per-
sonas y en las situaciones su verdadero valor.

Sugerencias prácticas para una actitud  Apreciativa.

. Practica la apreciación afirmando los puntos
positivos y creativos en las personas y situaciones
de la vida.

. Abraza por lo menos a 4 personas hoy. Diles que
lo aprecias en ti mismo.

. Reconoce internamente y afirma lo que más
aprecias en ti mismo.

. Sorprende a una persona escribiéndole  una nota
de apreciación. ( Por ejemplo:»Querida….te agradezco
porque eres tan cuidadosa y alegre.» O: » Aprecio pro-
fundamente tu  creciente capacidad para amar».)

 

VIOLENCIA

» Envaina  tu espada, porque  los que la usan serán tus
víctimas » Mateo 26, 52
» El que no tenga espada, que venda su manto para comprar
uno.» Lucas 22, 30

No me importan tus teorías sobre la violencia; lo que me
interesa saber es cómo vives en  medio de la violencia
que nos rodea por todas partes.

Si nunca fuiste víctima  de la violencia, habla sobre ella
con prudencia por respeto a los que  sufren en su pellejo.

Provocar la violencia en nombre de Dios y del Evangelio

es sacrílego. Predicar la resignación a los que sufren la
violencia, invocando a Dios y al Evangelio, en una burla.

No cesará la violencia cuando haya menos armas, sino
haya más amor.

Si de veras rechazas la violencia, ¿por qué la condenas
cuando lo ejercen los de un bando y la aplaudes cuando
ejercen los otros?

Destruir la violencia es como apagar un incendio con 
bencina.

La única manera de luchar contra la violencia es no
provocarla.

No es fácil ser sinceros y coherentes ante la realidad
de la violencia. Algunos maldicen las guerras y bendicen
las armas. Otros maldicen las armas y bendicen la «guerra
justa».

Mientras te preocupas por condenar la violencia social,
 no dejes de tener en cuenta la violencia que puedes
ejercer sobre los que te rodean.

La violencia más cruel y destructiva  no es la que golpea
nuestros cuerpos, sino la que hiere nuestro espíritu.