«SOLO PARA MUJERES FENOMENALES»

Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se
vuelve blanco, los días se convierten en años….
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu
convicción no tiene edad.
Tu espíritu  es el plumero  de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de  llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas  lo que hacías, vuelve hacerlo.
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero nunca te detengas!!!

Madre Teresa de Calcuta 

Aprender a vivir con tus sentimientos.

Los sentimientos de los padres -positivos o
negativos-, generalmente se incrustan  en los
hijos desde muy niños.
Cuando  todavía la mente de los pequeños no
es capaz de pensar por sí  misma.

Todos tenemos miedo, y tenemos miedo a cosas
distintas y concretas.
No es anormal sentir este miedo o estos miedos.
Lo que conviene es saber en concreto  a  qué cosas
tenemos miedo.

No guardes ningún rencor.
Ni por el mal que han querido hacerte.
Ni por el mal que te han hecho.

No te atormentes con posibles desgracias que te
presenta tu imaginación.
Muchos temores nacen sin razón y sin verdadero
fundamento.
Y jamás llegan a cumplirse.

Es muy probable  que desde niños, nos hayan hecho
valientes o temerosos.
Los mayores son los que nos han asociado en la mente
 estas dos realidades: situación peligrosa y la idea de
sentir miedo.

Un niño estaba jugando tranquilamente en su habitación,
cuando se oyó un estruendo de relámpago.
La madre, desde una sala contigua, le preguntó:
-«Hijo, ¿estás bien?; ¿ estás espantado?»
Quizás desde entonces el niño empezó a sentir miedo de los
relámpagos.

Los sentimientos de  aislamiento, incapacidad, debilidad,
depresión, incomprensión, disgustos, infravalorar, son los
«demonios humanos» más peligrosos de nuestra época.
Y, sin duda, tratarán, alguna vez, de  visitarte.

El niño va  a llorar al regazo de su madre, no a cualquier
persona. Un adulto irá a llorar a tus brazos, si tienes cora-
zón de madre. 

Para dominar tus sentimientos, te conviene prestar atención
primero a los síntomas físicos que experimentas:
Tensión nerviosa, aceleración de pulsaciones, alteración de
pulsaciones, alteración, trastornos digestivos.
Después busca su causa.

 

SUFRIMIENTO

«PENSAR Y VIVIR EN LIBERTAD»
«El que no toma su cruz y me sigue,
no es digno de mi.»
Mateo 10, 30

Si haces sufrir para hacer sufrir, eres un malvado. Si
dejas que otros sufran porque tú haces sincera y respon-
sablemente tu vida, eres un hombre libre.

Cristo no se sintió culpable de haber hecho sufrir a sus
padres, cuando su misión le exigió separarse de ellos.

Naciste haciendo sufrir a tu madre;  y espero que no te
sientas culpable. No crecerás sin que otros sufran, pero
tú no eres responsable de ese sufrimiento.

Si te propones como meta no hacer sufrir a nadie, sufrirás
la imposibilidad de vivir.

Aceptar con entereza el sufrimiento inevitable es sano y
virtuoso. Buscar el sufrimiento innecesario es masoquismo.
Hacer sufrir a otro deliberadamente es sadismo.

A veces es más difícil aceptar el sufrimiento de los que amas
que el tuyo propio.

Si te propones evitar a tu hijo todo sufrimiento, lo educarás 
muy mal, porque sufrir es parte de la vida y hay que aprender
a hacerlo.

Tu miedo  al sufrimiento puede paralizar tu vida y causarte los
mayores sufrimientos.