GRACIAS!

Muy satisfecha con la labor cometida en trans-
mitir en la Radio Online, ya  que  con  vuestro
apoyo logre llegar a todos aquellos que me soli-
citaron que estuviera en directo para asi escuchar
la Voz Amiga (tesyangelica.com) Muchas  gracias,
un beso y un  hasta pronto Tesy.

ABSOLUTO

«El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed,
pero el que beba el agua que yo le daré, nunca más
volverá a tener sed.»
Juan 4, 13-14

No sé por qué. No me preguntes. Pero sé que el
hombre es un buscador de lo obsoluto.

El drama del hombre es sentirse caminante en
pos de un obsoluto, por un camino donde sólo en-
cuentra lo relativo.

Tal vez el obsoluto que vas buscando, lo encuen-
tres al final de tu camino, cuando sumes  todo  lo
relativo que vivistes seriamente mientras  cami-
nabas.

Lo más cercano al obsoluto lo encontrarás en ti y
en tus hermanos.

El sediento se equivoca cuando busca el agua del
espejismo. Pero no se equivoca al sentir su sed.
El hombre se equivoca buscando el obsoluto don-
de no está, pero acierta cuando siente la necesidad
de buscarlo.

El hombre tiene sed y sabe que existe el agua. El
pájaro tiene alas y encuentra un espacio para volar.
Cuando el hombre busca el obsoluto,  ¿ será víctima
de una ilución?

Muchos hombres absolutizan lo relativo porque les
han mostrado un obsoluto relativizado, en un Dios
trivializado.

-de René Juan Trossero
Pensar y vivr en libertad.

Hemos perdido aún…

Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
diciendo qué palabras?
por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

-De Pablo Neruda