«¡Felices ustedes, los que ahora lloran,
porque van a reír!»
Lucas 6,21
Prefiero el llanto esperanzado que la alegría sin
futuro.
Naciste sabiendo llorar. Lentamente aprendiste a
sonreír.Como si la vida fuera un camino hacia la
alegría.
Al nacer lloraste solo; y tu primera sonrisa fue al
descubrir el amor en una mirada y en una caricia.
¡La alegría tiene que ver con el amor!
Hay carcajadas que parecen más al sollozo que
a la risa.
Tal vez descubras de veras la alegría cuando hayas
hecho feliz a otro.
Tu tristeza disminuye cuando la compartes; tu alegría
compartida crece.
Si buscas la alegría en el placer, pretendes escalar la
montaña caminando cuesta abajo.
Tu alegría correrá como un arroyo mientras no dejes
secar su fuente que es el amor.
La alegría se parece a las mariposas: si las persigues
huyen y si las olvidas se posan en tu hombro.
Si te parece que es tan importante vivir en la alegría,
¿qué haces para que los otros estén contentos?
No caigas en el error de afligirte siempre por lo que
te falta, sin permitirte gozar de lo que tienes.
Cuando tengas de verdad razones para estar triste,
vive tu tristeza. No la cubras con una mueca de
alegría.
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