Abr 27
Ser moldea ble es ser como el agua que; sin
miedo y sin culpa, puede ocupar los espacios
que están disponibles en el momento presente.
El agua se adapta y fluye llenando espacios que
se tornan abiertos, con docilidad, sin insistencia,
siguiendo las leyes básicas de la vida. Penetrando,
purificando, nutriendo, la actitud moldea ble nos
conecta con los principios de fluidez y nos hace
consciente de la necesidad de dejar fluir, de dejar
cambiar, aunque sin perder el contacto con nuestra
cualidad esencial.
Sugerencias prácticas para una actitud Moldea ble
. Mantente atento al movimiento y al ritmo de lo que
suceda en tu vida. Conéctate con el observador
interno y deja que las cosas fluyan en el ritmo correcto.
. Practica la docilidad. A la menor resistencia, no insistas;
haz como el agua: contornea la piedra.
. Observa cómo anda tu juego de cintura. Suelta el peso de
los hombros y alivia la tensión de la mandíbula. Cuando las
cosas no fluyen como la gente quiere, es porque hay alguna
cosa importante que debe ser captada.
. Flexibiliza tus creencias. Algo en lo que creemos hoy puede
se ser necesario mañana.
Abr 15
«El Padre del Cielo enviará el Espíritu Santo
a aquellos que se lo pidan.» Lucas 11 ,13
Siempre que oras de verdad tu oración es eficaz, no
porque tú lo cambies a Dios, sino porque cambias tú.
Lo más difícil de la oración no es tanto saber si Dios
te escucha, sino lograr que tú lo escuches.
No reces para convencer a Dios de que haga lo que tú
quieres, sino para ver si logras acercarte tú a lo que
El espera de ti.
Mientras no hayas orado una hora en silencio,
dejando que Dios te diga que te ama, no descubriste
a Dios ni a la oración.
Cuando descubras que Dios está contigo, tu oración
será vivir en su compañía.
No le pidas a Dios que gobierne tu vida y el mundo a
golpe de milagros; pídele más bien el milagro de amar
y verás que tu amor transforma el mundo.
Si tu oración te aleja de los hombres, no te encontraste
con el Dios de los hombres sino con tu fantasía.
Los ojos que se cierran para orar, suelen ver con más
claridad toda las cosas.
Reza ante Dios como un niño, pero luego vuelve a tu
vida con tu responsabilidad de adulto.
El final de toda oración adulta es uno solo: «Amén».
Sí. Acepto la realidad y mi responsabilidad ante ella.
La ciencia jamás explicará cómo puede el hombre
comunicarse con Dios; pero tampoco probará que es
imposible.
Abr 08
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero hoy me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardad la angustia en su escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy inventar aún
y qué atajo jugaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.
MARIO BENEDETTI: