La sencillez

Cuando consideramos la sencillez de alguna unidad fundamental
del universo, como el átomo de hidrógeno y el hecho de que su
potencial para el cambio se limita, según parece, al ascenso o
descenso de su nivel de energía y a la mayor o menor excitación
de sus componentes; cuando reflexionamos en que con esto se
hicieron el colibrí y la bellena. La mente de un Aristóteles y de un
Einstein, la música de Héndel y las palabras de Shakespeare, El
David de Miguel Ángel y la valentía de los hombres buenos, ningún
milagro ni por tanto despertará jamás en nosotros tanta admiración
como la realidad del orden natural y el misterio del alma humana.

–John Austin Baker

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