Las grandes iglesias barrocas dan siempre la
impresión de que quienes las construyeron se
divertían de lo lindo al hacerlas. Es como si los
maestros lapidarios, enyesa dores, pintores y
tallistas hubieran gritado;»»¡ Manos a la obra !»,
mientras se adentraban en un reino de belleza,
color y buen ánimo.
-Ilka Chase